Conóceme un poco mejor
Vine al mundo una fría mañana de enero, tras toda una noche dando guerra a mi madre. Vamos que sí, que nací peleona, y así me quedé. Cuesta creerlo, pero mi cabecita era morena como el carbón. Quién lo diría mirándome ahora, que estoy rubísima por obra y gracia de la genética y el paso de los años.
Crecí siendo una niña tierna, exageradamente ingenua, tímida. Un poco de ella vive en mí todavía; me resisto a crecer del todo, porque si existe alguna clase de magia en este mundo, sin duda reside en no perder las ganas de soñar. No es de extrañar, pues, que tienda a pasear mis pensamientos por las nubes. La realidad se me antoja desagradable en muchas ocasiones, por lo que suelo evadirla en la medida de lo posible. Es ahí donde entran en escena los libros, mis siempre fieles compañeros de viaje. Comenzaron siendo una forma de huir de un mundo que no parecía el mío, y con el tiempo se han convertido prácticamente en el aire que respiro. Les debo muchísimas cosas. Entre ellas, mi vocación por escribir. Así que, ¿qué mejor que dedicarles un pequeño tributo?
Estudiante de Periodismo. Enamorada de la historia del arte, adicta a las infusiones dulces, amante de los lepidópteros.
Estoy loca, pero las mejores personas lo están, o eso dicen.